El mismo Ocón se encarga de impartir las clases de Solfeo.
Las especialidades ofrecidas en un principio son: cuerda: (violín, viola, violonchelo y contrabajo), viento madera: (flauta, oboe, clarinete y fagot) y viento metal. Todas ellas especialidades requeridas para hacer posible el desarrollo musical sinfónico en la ciudad.
Paulatinamente se va ampliando, en los sucesivos años, el cuadro de profesores de la Escuela de Música de la Sociedad Filarmónica, contribuyendo así muy positivamente a enriquecer el ambiente musical de Málaga.
Gracias a la buena amistad que entabló Ocón con Sarasate el cual en sus visitas a Málaga quedó muy sorprendido del buen nivel musical existente, es nombrado Director Honorario del Conservatorio malagueño.
Es bien sabido que en aquella época la Catedral no pasa por buenos momentos económicos. Ocón ofrece su colaboración a la Catedral aportando los alumnos más aventajados de la Escuela para la realización de los servicios musicales con orquesta y coro. A raíz de esta colaboración, en 1973 es nombrado por el Cabildo profesor de los seises, encargado del archivo musical y Director de la Capilla en los días que haya Orquesta.
(Todos estos datos han sido extraidos de la publicación: "Eduardo Ocón. El nacionalismo musical" de Gonzalo Martín Tenllado. Ediciones Seyer.)